Como en el partido anterior contra Colombia, vamos de nuevo a "layear" a Venezuela.

En el partido debut, pronostiqué que Colombia ganaría por goleada, siendo algo atípico entre ambas selecciones en el último tiempo. Finalmente, acabó 3-0 con un resultado que bien pudo ser mayor, ya que todos los goles llegaron en los primeros 45 minutos.

Lo cierto del caso es que Venezuela tiene problemas muy graves. Digo, la selección. Más allá de la derrota, totalmente justificada, volver a Venezuela ha sido una odisea para la mayoría de los jugadores, encontrar el alojamiento y un sitio idóneo para practicar, también.

Todavía no tengo referencia alguna de dónde se vaya a llevar a cabo el partido. Algunos dicen Mérida, otros dicen Puerto La Cruz, siendo ambas sedes totalmente opuestas en cuanto a altura y clima.

La Federación todavía no tiene presidente y, por ende, los jugadores ni el cuerpo técnico todavía no cuentan con ningún apoyo logístico, mucho menos de un gobierno que de esto sabe poco y nada. Así, a la deriva, la "vinotinto" afrontará su segundo partido contra un equipo paraguayo que no es para tirar cohetes pero tampoco para echarse a llorar a orillas del Río Piedra.

Paraguay viene de un partido muy coqueto frente a Perú. Por momentos, incluso, parecía que se lo iba a llevar a lo grande, para acabar empatando 2-2 con una brillante actuación de uno de los gemelos Romero, que espero que esta vez sí sea titular.

La selección paraguaya es garra pura en defensa, pero ahora tienen mejores jugadores en ofensiva, con mucha velocidad y liviandad, por lo que el juego de contragolpe está garantizado. Además, contar con Berizzo en la dirección técnica les permitirá plantear, con comodidad, la misma estrategia (quizá con más juego y velocidad) que la planteada por Queiroz el otro día.

Las obligaciones venezolanas, por su parte, deberían brindar muchos espacios en la defensa. Una defensa donde falta gente y de la que no espero mucho.

Vamos con la victoria paraguaya con un hándicap adaptado a la realidad de ambas escuadras.

Suerte a quien la siga.