¿Puede un sólo partido derrumbarte? Sí, y el local es el mejor ejemplo de ello.

Esa derrota la temporada pasada contra Charleroi (1-2 con doble de de Victor Osinhem -hoy en Lille) trastocó al Kortrijk hasta el punto de que hoy está muy lejos de su sueño europeo.

Sin embargo, parece que poco a poco viene con ganas de ir recuperando sensaciones. Que tiene fondo de armario para pensar que es posible.

Reciben a un rival digno de tal recuperación.

El Cercle Brugge ha perdido las últimas 10 veces que ha visitado a Kortrijk. Además, hace 16 partidos que no sabe lo que es ganar, y creo que en ese lapso ha sumado sólo 2 empates.

Es decir, débil entre los débiles.

Por eso no sólo confío en que Kortrijk gane el partido, que lo hará.

Confío también en que lo hará por un margen amplio de diferencia. Por eso de comenzar a recuperar la memoria.

Suerte a quien la siga.