Texas recibirá a Houston Baptist en partido interconferencia de la NCAAB.

Texas inicia rankeado en el #5 de la competición, con Chris Beard como nuevo entrenador y perdiendo varios jugadores de calidad, al retorno de dos piezas clave como Andrew Jones y Courtney Ramey, hay que sumar la llegada de transfers de gran nivel, como Marcus Carr que fue uno de los mejores en la Big Ten con Minnesota, que junto a Tre Mitchell, Christian Bishop o Tim Allen, hacen de estos Longhorns un equipo candidato claro al título nacional.

Houston Baptist llega como uno de los peores equipos de la Southland, tras un año de sólo seis victorias, pierde a su máximo anotador, y aunque recupera a gran parte de su plantilla, lo que tiene hoy delante tendría que ser demasiado para un equipo que es un coladero en defensa estando entre las cinco peores de la liga en los últimos años.

Texas llega con siete jugadores que el año pasado promediaron dobles dígitos, con uno de los mejores entrenadores de la liga y frente a un equipo entre los 10 peores de la nación, eso tendría que llevar a una paliza, los Horns han mejorado mucho su plantilla, y quizá el único problema sea la falta de compenetración, porque calidad les sobra para llegar muy lejos este año y por supuesto ganar fácil a un equipo de un nivel muy inferior.  

Houston Baptist llega a este inicio de sesión tras permitir la temporada pasada 80 puntos por partido, siendo el décimo equipo que más dejaba anotar, y lógicamente colocando su defensa entre las peores en eficiencia defensiva. En los partidos interconferencia del año pasado recibió más de 100 puntos de Arizona State y SMU, permitiendo más de 85 a dos equipos como Rice y North Texas con ataques poco fuertes.

Texas llega aquí con un equipo creo que mejor que el año pasado, donde se colocó entre los 20 mejores en eficiencia ofensiva, de aquel equipo quedan Ramey y Jones promediando por encima de los 11 puntos, y con la llegada de Marcus Carr de Minnesota y Tre Mitchell de UMASS este ataque es realmente fuerte con dos jugadores cercanos a los 20 puntos, si a ellos le sumamos a Tim Allen que fue el máximo anotador de Utah y un Christian Bishop de lo mejor que tuvo Creighton el año pasado, las opciones de anotación en este equipo son muchas.

El tema es que además Houston Baptist juega un ritmo de baloncesto rapidísimo en los últimos años, que sumado a una defensa que sí no ha mejorado (estamos en el primer partido y todo puede cambiar) frente a un equipo con siete jugadores en dobles dígitos y cinco por encima de los 14, o se ralentiza mucho el tempo o Texas tendría que anotar una puntada.