La verdad es que este favoritismo para el bueno de Murray en la situación en la que se encuentra me parece un poco exagerado.

El escocés ha pasado un auténtico calvario tras la operación de cadera (una de las peores lesiones que puede afrontar un tenista) y aunque ha vuelto en la gira de hierba ya vimos que no está para competir, incluso renunció a Wimbledon pues físicamente no estaba para disputar encuentros a 5 sets.

Es evidente que si decide jugar este torneo de Washington es porque se siente bien, pero una cosa son las sensaciones y otra la realidad.

Murray lleva un año y medio sin disputar un encuentro en pista dura y ya veremos cómo se maneja. Realmente creo que esta temporada, o lo que queda de ella, debe tomársela como rodaje para la próxima, pues el parón ha sido demasiado largo.

Enfrente estará un tenista local, que se mueve bien en este tipo de superficies y que estará muy motivado por enfrentarse a un ex número 1 mundial, al que dadas las circunstancias puede disputarle el partido. Aun así, la diferencia de nivel entre ambos es abismal, así que voy con este hándicap de sets.

Un saludo.