La segunda semifinal de la Copa Libertadores se juega esta noche en tierras brasileñas.

En una edición que estaba marcada por la presencia de un histórico argentino (o Boca o River) y un histórico brasileño (o Flamengo o Gremio), la primera parte ya fue decidida con el pase de River Plate a la final.

Ahora es turno de dilucidar cuál será el brasileño que acuda a la máxima cita continental.

El partido de ida, en Porto Alegre, fue un empate a 1 gol donde Flamengo se dedicó a traer un resultado positivo a su terruño, al mítico Maracaná.

Gremio llega a este partido después de 2 derrotas seguidas por la Serie A (el Brasileirao), y dejando inseguridades sobre todo en la zaga defensiva y en el mediocampo. Sobradas son sus cualidades en ataque, con Everton y Jean Pyerre, pero le falta mucho orden defensivo.

Flamengo, por su parte, es el coco de la liga. A 10 puntos de ventaja sobre el segundo (Palmeiras), lidera el Brasileirao y debería ser el justo campeón de esta temporada. Está invicto desde hace rato y en su casa no ha perdido esta temporada. Sí, el coco.

A diferencia de Gremio, la defensa y el mediocampo de Flamengo son instituciones infranqueables, sobre todo con los laterales Rafinha (ex de Bayern de Munich) y Filipe Luis (ex Atlético de Madrid). Adelante, “Gabigol” Gabriel Barbosa (ex Inter de Milán) está haciendo la temporada de su vida y debería ser justo, también, que este equipo esté en la final.

Para llegar les basta un empate, dependiendo del marcador, por el gol de visitante conseguido en el sur del país. Pero de local, siendo la máquina de matar que son y en el Maracaná, no van a salir a empatar.

Gremio, que defiende mal, tendrá que salir a buscar un resultado desde el primer momento, pero a diferencia de Boca Juniors ayer, que contó con el respeto de River por La Bombonera, y tuvo un rival complaciente que no demostró todas sus virtudes; hoy Flamengo no va a dejarle un ápice de ventaja a los de Gremio.

Si Gremio quiere clasificar, tendrá que agredir. Casi que transgredir. Flamengo espera eso, aunque sabe de antemano que el balón será de su propiedad.

Lo que creo firmemente es que Gremio debió ganar su partido de local para forzar la situación de contragolpe en este juego. No lo hizo, y ahora le toca bailar samba, orquestada por Jorge Jesus y su escuadrón de intérpretes TOP.

Suerte a quien la siga.