El otro día realicé un pronóstico para la Copa amateur de Austria que enfrentaba al Leindorf con el ATSV Wolfsberg. Era un partido en el que tenía depositadas bastantes expectativas pues el conjunto local llevaba casi cuatro meses sin jugar ningún partido de fútbol, ¡ninguno! y por si fuera poco se enfrentaba a un equipo de superior categoría que estaba en plena competición desde hacía dos jornadas tras el parón invernal.

Sí, es cierto que los locales marchaban segundos de su grupo mientras que los visitantes eran colistas del suyo, pero yo pensaba que había motivos más que suficientes para creer que la lógica se impondría y ganaría el ATSV Wolfsberg, sin embargo, no fue así, el equipo perdió 4-0 con cuatro tantos al descanso y nos dio un rojazo (a mi y a los que me siguieron).

La única explicación que tengo para lo ocurrido es que el ATSV Wolsberg es de los peores equipos de Austria hoy por hoy y, si está una categoría superior a la última es, sencillamente, porque no se puede descender a mitad de temporada porque si no ya lo hubiera hecho hace rato.

Atención a este dato, el último partido que ganaron fue el 19 de agosto de 2016, ¡siete meses! Desde entonces cuatro empates y diez derrotas. La estadística se vuelve peor si miramos los últimos resultados y es que ¡han perdido siete de los últimos nueve encuentros!

¡El último partido de liga lo empataron ante el cuarto empezando por debajo y en su página web lo celebraron como si fuera un triunfo!

¡En el encuentro de ida este partido acabó 8-0! Sí, el factor cancha es importante y todo eso, pero desde luego si las diferencias entre ambos son de un 8-0 eso no hay campo que lo solucione, la victoria debe caer del lado visitante sí o sí.

Son colistas de su grupo mientras que los visitantes marchan cuartos y han ganado los últimos dos encuentros. Por todo ello creo que el partido salvo sorpresa mayúscula debe decantarse en favor de los visitantes y a ello apuesto en Bet365 a stake medio.