Y llegó la pachanga de cada año, la Pro Bowl, que puede ser el último año que se celebre porque la NFL ya no sabe qué hacer con este mojón de partido. No encuentran sitio en el calendario ni una ubicación que haga atractivo el partido. Lleva unos años jugándose en Hawaii, pero ni siquiera consiguen llenar el estadio.


Los jugadores van como si tuviesen unos días de vacaciones pagadas en el sol de Hawaii. Para muchos es un marrón que intentan esquivar cómo pueden, y vemos que cada año muchos de los seleccionados argumentan lesiones o molestias de todo tipo para no ir a jugar. Sólo los que son elegidos por primera vez y los más jóvenes suelen demostrar más ganas por el partido.


Es un partido en el que hay que ir a por el over sí o sí. Hasta hace unos años se lo tomaban más en serio y se veían resultados más o menos normales, pero desde hace 3 años ya se les ha ido de las manos y cada vez hay más puntos, que paraecen partidos de basket.


Las defensas brillan por su ausencia, limitan mucho el contacto y apenas fuerzan a los ataques para evitar cualquier riesgo de lesión, por lo que siempre acabamos viendo festivales de TD.


Las 2 últimas temporadas se fueron por encima de los 95 puntos:

2011: NFC 55 - AFC 41
2012: AFC 59 - NFC 41


Este año espero algo parecido, con defensas testimoniales evitando hacerse daño y los ataques dando espectáculo, que es de lo que se trata este partido. Así que la única apuesta que merece la pena en esta pachanga es el Over y tengo que probarla, como en cualquier All Star de los deportes americanos, siempre al Over. Esperemos que sigan la línea de años anteriores.