Aunque no suelo meterle tan pronto a una carrera de F1, me guiaré por mi instinto y, a tres días para el semáforo en verde, voy con esta apuesta.
Salvando las (enormes) distancias, el de Valencia es un circuito que me recuerda mucho a Montecarlo y, en particular, al de Gilles Villeneuve de Montreal. Con zonas de curvas muy parecidas, rápidas y lentas, y unos muros tan cercanos, amén de la tensión que se palpará en la pista si sale todo como está previsto (Maclaren y Ferrari apretando las tuercas a Red Bull), no es una locura pensar que el safety car se dejará ver por las calles del puerto valenciano.
Suerte a todos.