Bienvenidos a la F1 y el GP de Australia, donde el piloto de Red Bull, Sergio Pérez, partirá desde la sexta posición tras una sanción que lo relega tres lugares detrás de su clasificación original.
El proyecto de carrera para Pérez no se presenta tan prometedor como en otras ocasiones, habiendo perdido la oportunidad de comenzar en una posición que casi garantiza un lugar en el podio, considerando la superioridad técnica de su monoplaza.
Aunque Red Bull mantiene su dominancia, la sexta posición de partida de Pérez le exige una remontada que, si bien es posible, se antoja complicada ante la competencia feroz de equipos como Ferrari y McLaren, que han mostrado un ritmo de carrera sólido.
La posibilidad de que Sergio tenga que superar a rivales directos como Norris, Russell y Piastri, quienes se han mostrado fuertes en pistas como la de Melbourne, reduce la probabilidad de verlo terminar entre los tres primeros.
Además, el hecho de que el circuito de Melbourne no facilita los adelantamientos añade una capa adicional de complejidad a su ya desafiante tarea. Y si bien es cierto que la estrategia de carrera y la habilidad de Pérez para gestionar los neumáticos pueden jugar a su favor, el margen de maniobra es limitado y el más mínimo error o contratiempo puede alejarlo del podio.
Con estos antecedentes, la cuota de 2.15 para que Pérez no concluya en el podio cobra valor, reflejando una compensación justa por el nivel de dificultad que enfrentará en este Gran Premio