Primera apuesta a largo plazo para el Chongqing Major de DOTA 2 (del 18 al 27 de este mes de enero), el primer torneo de esta categoría del año 2019 y el segundo en lo que llevamos de temporada.

Volvemos a repetir la apuesta de los últimos golpes o 'last hits' que ya hicimos hace una semana con el Bucharest Minor y que palmamos por muy poco. Sí, la pintamos de rojo, pero tengo fe ciega en esta apuesta. Creo que la línea está desfasada para lo que es el meta actual de DOTA 2.

Además, han subido la línea de 899 a 999 que son 100 unidades más y la verdad es que sigo creyendo en que se producirá. La tendencia en el Minor fueron las 'palizas' rápidas en poco menos de treinta minutos, hecho que hace casi imposible llegar a esa cifra en condiciones normales. Solamente un partido y un héroe en todas las 139 partidas que se disputaron en ese torneo consiguió sobrepasar la línea propuesta. Casi nada. Y ahora b365 da más margen todavía. Lo veo factible.

Además, otro factor que se une es que héroes como Alchemist, Medusa o Meepo que, por su propia naturaleza tiene mecanismos para conseguir más últimos golpes en menos tiempo no suelen ser 'pickeados'. En su lugar, cada vez más, aparecen héroes que pueden luchar ya desde el principio de la partida. En el Minor fue Terrorblade el que consiguió llegar a los 1.100 golpes. El motivo fue que la partida duró casi 70 minutos, una cifra inusual en partidas competitivas.

Stake medio-alto.