Voy a probar de manera suave la victoria del mejicano en este encuentro destinado a inaugurar la cartelera principal. He de reconocer que no es una apuesta típica mía. Me siento más cómodo cuando tengo entre manos un enfrentamiento favorable estilísticamente hablando. Aún así, tengo una corazonada que quiero seguir.
El joven Martín Bravo brilló con luz propia durante la tercera edición del Ultimate Fighter Latinoamérica. Dejo por el camino a tres contendientes para plantarse en la final ante Claudio Puelles, en lo que fue una victoria descomunal. Lo hizo todo bien, sin dejar ningún margen para el error, consagrándose como un luchador con cierto potencial dados sus 22 añitos. Desde entonces, dos duras derrotas han hecho evaporarse todas las expectativas que había puestas sobre él.
Sin embargo, yo no pierdo la esperanza. Sus últimos años no han sido precisamente lo que se puede esperar de un joven talento llamado a más, pero el chico aún tiene mucho margen de mejora. Es un peleador relativamente completo dado el nivel en que se esta moviendo. Cuenta con un juego de derribos interesantes, y un control posicional decente. Es una persona agresiva, con un golpeo servicial, un juego de pies bastante digno y el cardio necesario para competir durante tres duros asaltos.
Y la verdad es que no necesita mucho más para ganar esta pelea. Enfrente tendrá a Steven Peterson, luchador del que ya hablé en el pasado en una de mis primeras apuestas en este blog. Personalmente me parece uno de los atletas peor cualificados dentro de la UFC. Sus carencias son paliadas a base de entrega y garra. Ese estilo agresivo, de luchador inquebrantable, capaz de avanzar le echen lo que le echen es, curiosamente, su mejor arma.
Steven podría resquebrajar la mentalidad de nuestro hombre a base de presión constante. Pero así mismo, creo que Alex Caceres demostró la estela a seguir para derrotarle. Jab, juego de pies y paciencia son las tres herramientas necesarias para dominar a Peterson con mayor o menos soltura. Y creo que Martín Bravo es capaz de agrupar todas ellas. Desde luego que su movimiento no puede ser comparable con el de “Bruce Leroy” pero, por otro lado, Bravo nos ofrece un wrestling defensivo y ofensivo superior al de Caceres. Lo que podría significar una segunda vía para afrontar esta contienda si el intercambio de golpes no sale rentable.
Apostar en favor de Martin Bravo es arriesgado a día de hoy. Trae consigo demasiadas incógnitas, ni si quiera sabemos si durante el último año ha progresado en algo. Pero técnicamente me parece un luchador superior. Creo que podría otorgarle una ligera ventaja en prácticamente todas las áreas que implican una disciplina de contacto. Su juventud me hace confiar en una constante evolución, y por si fuera poco, el competir en casa debería aportarle un extra motivacional para salir con el brazo en alto de este enfrentamiento.