Desde principios de semana esta era una de las cuotas que tenía en mente. Esperaba que la línea subiera unas décimas más, pero se ha mantenido estable durante todos estos días. Tengo la sensación de que el fallo en el pesaje de nuestro hombre permitirá que se iguale ligeramente los mercados, pero personalmente no puedo esperar más tiempo y hoy es mi última oportunidad para subirla.

Es una pelea extraña. No pretendo engañar a nadie, pero el americano me parece un claro favorito en este emparejamiento. Cuenta con una amplia ventaja en lo que a grappling se refiere, e incluso me atrevería a decir que es mejor striker. Nunca he sido un gran fanático de “El Teco” Alberto Quiñones. Me parece un luchador muy servicial. Cuenta con ciertas polivalencias. Es capaz de intercambiar golpes, especialmente ante boxeadores, se defiende a ras del suelo siendo un grappler oportunista y posee una base firme sobre la que defender o imponer derribos. Sin embargo, no destaca especialmente en ningún área, pudiendo perder ante cualquier adversario capaz de comprometerle en un campo determinado.

Creo que la intensidad que aporta Smolka condenará esta pelea a decidirse en transiciones contra la reja y rápidos movimientos en el piso. Quiñonez es un wrestler decente, pero el americano es un grappler deslizadizo. Se desenvuelve cómodamente desde su espalda y es muy capaz de revertir posiciones. No me sorprendería que Smolka no fuera capaz de imponer sus derribos, pero que consiguiera obtener posiciones dominantes a través de aceptar intercambios desde su espalda desde donde conseguiría revertir la postura.

Ahora bien, por muy favorable que vea la contienda, con Louis Smolka siempre existirá un riesgo añadido. Su mentalidad. En el pasado ha tenido serias carencias motivacionales. Durante 2017 sufrió problemas con el alcoholismo y su compromiso con el deporte se ha puesto en duda numerosas veces. Después de un apoteósico inicio en la UFC, una vez se consolidó en la división en lo que parecía un claro contendiente al título, comenzó a intercalar actuaciones simplonas con otras francamente pésimas. Es un historial curioso, luciendo bien incluso en algunas derrotas, mientras que ganaba otras por pura inercia.

En otras circunstancias no me metería en este berenjenal. Pero dado que me parece una pelea realmente favorable estilísticamente hablando, voy a probar suerte con el bueno de Smolka. Parece que desde su despido de la UFC ha recobrado cierto sentido de la responsabilidad y sus recientes actuaciones en la compañía han ofrecido un pequeño puntito más de regularidad. Confiemos en su vuelta a la senda del triunfo.