Última etapa del Dauphine en la que se se suben cinco puertos, aunque ninguno de ellos de entidad suficiente para derrocar al líder Wiggins. Por ello creo que habrá una fuga consentida, y en este tipo de escenarios se mueve muy bien Amador, reciente ganador de etapa de montaña en el Giro y que se muestra muy batallador allá donde compite. Por su contra el teutón no suele realizar este tipo de movimientos (exceptuando la etapa del Ventoux en 2009) y es por eso por lo que me decanto por el costarricense.