No está este Bilbao para muchos favoritismos. Es cierto que ellos se juegan mucho con el pase de la Copa, pero no están mereciendo ser tan favoritos. Para empezar cuando es un equipo que juega mucho mejor como visitante que ante su público, tal vez menos presionados, pero ahí están los números.

Dos derrotas en sus últimos tres partidos en Liga y derrotas ante Tenerife y Estudiantes, equipos para nada punteros de la competición. Pero es que si sumamos Europa, sólo tiene un triunfo en los últimos cuatro partidos. 6-9 es su balance esta temporada como local, muy muy discreto.

Y para colmo la baja de Begic. Su ausencia está pesando mucho y está demostrando su vulnerabilidad interior. Bogris no es mal jugador, pero no para ser referencia. Y lejos del griego, Hervelle y Suárez están muy irregulares este año. Para colmo Mumbrú es duda por molestias físicas y López aún no está jugando al 100%. Sólo Bertans parece estar a tope de sus opciones y el equipo está físicamente tocado, costándole mucho competir a tope durante los 40 minutos. El desgaste de ambas competiciones comienza a pasar factura en una plantilla tocada.

Y Obradoiro intentará pescar en aguas revueltas. Es cierto que aún no han ganado fuera de casa, pero siempre ha plantado cara. Siempre han sido competitivos y es muy difícil verles yéndose del partido. Su último partido fuera de casa puso en muchos aprietos a todo un Unicaja. Y su mala racha les hace plantearse este partido como una final, pues está en el furgón de cola y el equipo necesita relanzarse. Con Waczynski como líder, el equipo necesita mejorar sus porcentajes desde fuera. Y con Bendzius, Pozas, McGrath o Hawes no es mala nómina de tiradores, pero necesitan más confianza. Igualmente es un perímetro más que válido para plantar cara a los vascos.

Por dentro es donde creo que pueden tomar partida con los movimientos y el gran momento de forma de Caloiaro, la experiencia de Triguero o los centímetros de Pustovoyi.

Mimbres para buscar las cosquillas tienen los gallegos, que siempre son combativos y nunca se rinden. Correosos en defensa, en ataque tienen talento y buena dirección. Físicamente más frescos y tal vez menos presionados que su rival, me parece excesivo este hándicap, viendo el desgaste físico que acumula y que vislumbra a veces Bilbao.