Liga Santander. La de aquí. La nuestra.
 
Partido entre el Levante y el Valencia C.F.

El pronóstico es que hay más de seis tarjetas. Si son seis, apuesta nula. Como siempre, las rojas computan doble.

Pues ya hacía algún tiempo que no me metía con el tema tarjetero. Y algo más que no lo hacía en nuestra competición local. ¡Qué mejor que hacerlo en el derby valenciano y con el Sr. Del Cerro de por medio!

Ambos han empezado con notable alto la competición y ambos llegan a la cita con cinco puntos e invictos. Quizás algo mejor el VCF porque ya se ha enfrentado a Madrid y ATM pero como los objetivos son bien distintos, podría entenderse mejor clasificación relativa la de los de Orriols. Los once serán más o menos los ya conocidos. Los que jugaron la pasada jornada. Puede entrar Guedes, Gabriel Paulista lo tiene mal para llegar, quizás Nano, pero en fin, sin bajas significativas y menos de cara a lo de las tarjetas. Que Kongdobia sí que estará.

Eso es casi irrelevante porque un derby es un derby y tiene vida propia. Da igual cómo lleguen los dos equipos que lo que es indudable es que saltar chispas, van a saltar. Si añadimos los actuales estilos de juego de los dos pues es como echar gasolina al fuego. Hoy leo una noticia en periódico local en la que cuentan que el VCF es el segundo equipo que más faltas comete. Y Zaza el number one empatado con el levantinista Alegría. No me extraña porque lo he visto y el cambio propiciado por Marcelino ha sido más que notable en ese sentido. Equipo duro, aguerrido y muy peleón como ya intentó hacer en el Vila-Real.

Del Levante no me hace falta estadística alguna pues su estilo de juego es el mismo que le llevó a ser subcampeón en tarjetas en su última participación en Primera. Hace solo dos años.

Pocos datos en las tres jornadas disputadas hasta ahora pero ya más de cinco amarillas promedio en los partidos del Levante y diecisiete tarjetas en los tres del Valencia. Con solo una en el partido del ATM (para Montoya) y hasta ocho amarillas en total para valencianistas que hablan por sí solas.

Tampoco nada malos los datos de la temporada pasada. Sí, esa en la que la intensidad del equipo taronja nada tenía que ver con la actual. Tercero en la clasificación tarjetera tras Málaga y Alavés. El Levante se paseó en esos tiempos por la Segunda pero en la temporada 2015-2016, como hemos indicado, fue subcampeón con un promedio de casi cuatro tarjetitas él solito.

Los partidos entre ambos equipos son, digamos, calentitos. Seis amarillas en el último que precisamente pitó Del Cerro. Tres increíble y únicamente en la temporada anterior. Eso sí, pitaba aquel Vicandi que bien pudo haber mostrado tres o cuatro más. Lo recuerdo perfectamente porque lo rojeé, jejeje. Nueve amarillas y una roja en la anterior y diez en la 2012-2013 pitado también por Del Cerro Grande. Esos han sido los cuatro últimos enfrentamientos en la casa granota.

Y luego está lo de mandar al lobo al cuidado de las ovejas. Y parte importante también del pronóstico. Carlos Del Cerro Grande. Pero grande, grande. Tarjetero, complutense y mal árbitro. 121 tarjetas en el curso pasado que le habrían otorgado un mejor clasificación de no ser por los campeones Iglesias Villanueva y Gil Manzano. En cualquier caso, de sobresaliente esas más de seis tarjetas promedio en los diecinueve partidos arbitrados.

Poquito ha arbitrado el de Alcalá en esta temporada pero cinco amarillas en el Alavés-Barça y siete en la previa de CL en el Niza-Ajax. Muchos son los méritos contraídos para darle por tercera vez en pocos años un Levante-Valencia. Entre otros, siete amarillas mostradas en su último partido al Valencia (ante la Real Sociedad en el abril pasado), nueve en el Alavés-Real Sociedad, ocho en el Las Palmas-Osasuna o en el Granada-Las Palmas. La temporada pasada la comenzó como un tiro con expulsiones en cuatro de sus cinco primeros partidos y unas escalofriantes 43 tarjetas en dicho póker. Espectacular. Y en particular aquel Málaga-Athletic con diez amarillas, una doble amarilla y una roja directa. Solo le faltó amonestar al Boquerón Esteban y a Villar.

El caso es que no sabe llevar los partidos. Y menos cuando estos se complican lo más mínimo como es presumible que pase en la matinal del sábado.

Stake 2.

¡¡Sort!!