Probablemente este sea una de las batallas más fascinantes que podamos ver a día de hoy en un coliseo tenístico en su primera ronda.

Rafa Nadal vuelve al templo en el que se convirtió en Dios. Vuelve a Roland Garros. Regresa el Cid, la leyenda, el guerrero que conquistó 14 batallas en París. Un record inigualable, no sólo en el tenis, sino en cualquier competición deportiva individual que se precie. Algo que, probablemente, los que ya tenemos una edad, jamás volveremos a ver. Pero el guerrero llega mayor, con muchas cicatrices y montado en su Babieca para dar miedo con sus eternos rituales de batalla más que realmente su capacidad de lucha.

En la primera contienda, lejos ya de esos tiempos en los que era el Rey invicto y por lo tanto sus primeros combates sabían a pequeños aperitivos antes de llegar al verdadero banquete, ahora debe ya proceder a luchar contra un guerrero germano que es uno de los favoritos a la corona en París: Alexander The Great.

Pocos son los fanáticos del torneo parisino que dan como favorito al español, a pesar de sus 14 títulos, y su registros de 115 victorias y sólo 3 derrotas. Sin embargo, no deja de ser curioso como en este cruce tan fatíditico y a la vez tan hermoso, son otros gladiadores tenísticos favoritos al título, los que repiten una y otra vez un mantra: "Yo, personalmente, me alegro que de no toque en mi primer combate".

Y es que aunque la realidad suele ser obstinada, todo el mundo teme a las leyendas, porque las leyendas están precisamente forjadas en historias que superan dicha realidad y cualquier explicación lógica.

Y es que, Alexander The Great, no va a tener ningún apoyo en las gradas. Ni en las gradas, ni fuera de las gradas. Curiosamente, a la leyenda de París, le ha caído probablemente el guerrero menos querido, o de los menos queridos del circuito de gladiadores tenísticos. Con sus problemas con la justicia feudal de su reino por ciertos ataques de superioridad machorra, que, en su justa apreciación, todavía queda por decidir en la corte bávara su grado de culpabilidad o inocencia.

Pero no, Alexander no es querido. Así que ahí saldrá con su casco, su melena y sus dos metros de buena planta a un Coliseo que va a estar plenamente en contra de él, no por sus problemas fuera de la pista, sino porque ahora sí, quizá muchos años después, el público del Coliseo de París va a demostrar que ahora más que nunca...está con Nadal...a muerte.

¿Podrá afectarle a Alexander? Bueno, es un guerrero ya con dilatada experiencia en ciertas justas de este tipo, aunque creo que como esta, pocas. No sólo estará el público en su contra y animando a su rival. estará la Leyenda frente a él, cada vez que lo mire, cada vez que saque, cada vez que haya un intercambio en el descanso...e incluso estará en su mente esa fatídica derrota por lesión no hace muchos años cuando el combate estaba siendo igualado y apasionado. Muchos factores exógenos que se mezclan como un cóctel bien agitado junto a los factores deportivos.

Es aquí, en los deportivos, cuando nos tenemos que poner serios. Y es que tenemos a un guerrero, el español, que regresa después de mucho tiempo y que sus últimas batallas, precisamente, sobre el polvo de ladrillo, donde él se encuentra mejor, no han sido buenas. Muy pocas victorias y muy malas sensaciones. Casi las contrarias a su rival germano, que no sólo ha estado mejor, sino que viene de levantar la corona, curiosamente en el Coliseo Romano, antaño lugar inexpugnable para el español.
Y es por eso que tenemos aquí lo que tenemos. Y es que entre los puestos de mercaderes fuera del Coliseo, escondidos en callejones oscuros, se agolpan corredores de apuestas ilegales que ofrecen sus apuestas sobre la batalla. Aceptan maravedíes e incluso doblones, y no son pocos los que se acercan a vivir esto como un añadido de emoción.

3 a 1 se paga el guerrero español. Si pones 1 ganas 3. Lo que sería, vamos una cuota 4 en un mundo futuro de colores llamativos en un ordenador diabólico. Desde el momento que se conoció la batalla, no han dejado de ir imberbes muchachos a poner su dinero por el germano. Y de hecho cada vez se ha ido pagando menos dinero por Alexander The Great. Hay un público fuera de las apuestas deseando que gane Nadal, pero hay público que quiere ganar dinero y está con Alexander.

Si tuviera que hacer mi análisis pre-Batalla, tengo claro que yo también pondría favorito a Alexander The Great. Pero la cuestión en estos análisis que hago cuál Pitágoras low cost, es ¿si hay valor en la cuota del guerrero español? Solo esa es la clave de un análisis matemático. Porque podemos hablar de sensaciones actuales, de datos estadísticos y de datos extradeportivos. Y de ahí, solo las sensaciones actuales van en contra de Nadal. Todo lo demás, absolutamente todo va en contra de Alexander. Y obvia decir que las sensaciones actuales son las que más peso deben tener, está claro. Todos tenemos en la retina lo visto últimamente y añadir como sensaciones actuales, que es un gladiador en el ocaso de su carrera, mayor y como he dicho, con muchas cicatrices. Ahora bien, ¿qué ponderación podemos poner a eso para marcar la cuota?

Ya hemos visto a este guerrero venir dando no hace tanto algo de lástima y también con el Sanbenito colgado de retirada y ganar en este mismo Coliseo, o no hace tanto en el Coliseo de la Antípodas.
¿Es un acto de fe o un acto de ciencia? La ciencia lo domina todo, incluso las apuestas con su ley de probabilidades y estadística. Pero cualquiera que ha estudiado ley de probabilidades sabe, o debería de saber, que incluso la probabilidad más pequeña puede suceder. Y es cuando sucede esa probabilidad tan miníscula, casi reducida, casi poco más que la nada, es cuando ocurre...cuando lo llamamos milagro...cuando se forja la fe.

Cantaba Bon Jovi en 1992 eso de "Keep the Faith". No he sido yo mucho del gladiador manacorí...básicamente por la cantidad de fanáticos que ha arrastrado siempre...pero está claro que si hay una última batalla en este templo debe de ser al menos, como poco, digno, incluso en la derrota. No puedo esperar otra cosa.

Ya ha salido el hermanísimo de Alexander, más conocido en los círculos de gladiadores, como Misha el Manco, a decir que su hermano va a ganar por KO, es decir, sin perder ni un set. Me parece poco más que una osadía. Me parece una falta de respeto.

Creo que hay algo de valor en lo que nos ofrecen por el gladiador español, pero lejos de acercarme a esto, lo que si me parece algo más seguro es que si el guerrero a de morir deberá de hacerlo "en pie". No creo que sea una lucha fácil como muchos plantean a favor de Alexander The Great. Creo que la batalla será más luchada de que algunos creen. Espero una batalla al menos competida.

La Leyenda puede ganar o salir derrotado con dignidad, pero no debería salir vapuleado. Es lo que se merece su nombre aquí.