El Watford recibe al Chelsea en un duelo de equipos con realidades dispares, y sobre todo increíbles después de lo que fue su temporada anterior.

Todos pensábamos que el Watford iba a tener una temporada un poco mejor de la que está llevando hasta ahora, y mira tú lo que han acabado siendo las cosas.

El Chelsea, aunque yo sí le tenía mucha fe a Lampard, pensábamos que iba a extrañar un poco a Hazard y que iba a acusar el hecho de no poder fichar jugadores.

Pero, nada que ver.

El Chelsea es hoy por hoy uno de los mejores equipos en el fútbol inglés, por los resultados que consigue y por el juego efectivo que despliega en el campo. Se me parece mucho, salvando las distancias de liga, al FC Tokyo en Japón.

No es un juego que precisamente destaque en ningún lugar del campo, pero es muy eficiente cosechando resultados. Resultatista “nivel Dios”, diríamos.

Y por eso sus rivales pocas veces consiguen una manera de hacerle frente. Porque precisamente su virtud es parecer no tener virtudes.

El Watford sí que no tiene virtudes, porque ahora mismo está jugando de una manera penosa.

Lo de la temporada pasada ha quedado como una proeza, pseudo-espejismo, porque ahora mismo no muestran ninguna de las características de aquel equipo sólido que vimos el año anterior.

No creo, por “momentum”, que este partido sea el del renacer del Watford. Más bien lo veo como una ratificación del sistema efectivo de juego planteado por el Chelsea “versión Lampard”, que está cosechando resultados muy buenos, y precisamente, viene de un revés doloroso por la Carling Cup (bueno, doloroso ni tanto, más bien siento que le aligeró el calendario).

Entonces, vamos con fuerza con la victoria de los visitantes, que hoy no deberían tener ningún problema.

Suerte a quien la siga.