Mira qué suerte tenemos, cada vez están más asequibles los productos electrónicos e informáticos. Hoy cualquiera puede tener el último modelo de ordenador o de televisión plana para ver bien grande y con más nitidez lo absurdos que somos.

¿Cuántas videoconsolas se venderán estas Navidades? ¿Cuántos GPS, MP3, WII, PDA, TDT... sin saber que detrás de cada uno de estos aparatos hay una pequeña historia de un obrero mal pagado o un niño esclavizado?

O sabiéndolo, pero sin querer recordarlo, porque tenemos que conciliar el sueño cada noche, y para eso hay que tener la conciencia tranquila. Por eso organizamos maratones solidarios, apadrinamos a un niño, damos nuestro regular donativo a una ONG o la limosna al pobre de la puerta de la iglesia.

Y seguimos con esa pelea interna de querer acabar con la pobreza, pero de no poder vivir sin ella. Necesitamos a gente que trabaje barato para que estos productos sean baratos, aunque nosotros queremos ganar cada vez más y pagar menos impuestos. Hemos nacido en la parte más agraciada de la tierra, mira que tenemos suerte.