Nos vamos hasta las 135 libras femeninas, donde Sarah Moras se enfrentará a la debutante Liana Jojua.
Si alguien me llega a decir hace un par de años que en 2019 estaría apostando a favor de Sarah Moras en un combate dentro de la UFC, habría pensado que estaba loco. Pero lo cierto es que encuentro grandes ventajas estilísticas para la americana en este emparejamiento, algo realmente raro de encontrar dadas sus escasas cualidades. La buena de Sarah dista mucho de ser una gran luchadora. Técnicamente hablando es deplorable, no tiene velocidad, ni un importante tanque de gas digno de ser alabado. En sus pies es una persona lenta, reacia al intercambio de golpes y sus derribos distan mucho de lo que exige este deporte al nivel en el que se mueve. En resumen, le falta calidad por los cuatro costados. Algo que ha paliado con entrega y dedicación. Otra cosa no, pero nadie le puede achacar a la americana que no haya perseguido su sueño con vehemencia.
Ya desde bien prontito, tras su fracaso en el Ultimate Fighter, Sarah ha luchado por mantenerse relevante en el panorama. Se ha sacrificado por el deporte, desarrollando nuevas herramientas y cubriendo ciertas carencias de su arsenal. No en vano, ha conseguido mantener su puesto en la UFC durante 5 años, sacando petróleo de las pocas cositas que sabe hacer dentro del octógono. Ahora, se encuentra nuevamente entre la espada y la pared tras 3 derrotas consecutivas, por lo que, si no quiere verse relegada de nuevo al circuito regional, debe ganar esta pelea.
Irónicamente se enfrenta a una de las poquitas rivales sobre las que tiene un claro camino de victoria. La joven georgiana tiene una historia curiosa a sus espaldas. La empresa rusa FNG promocionó durante un tiempo a la atractiva Marina Mokhnatkina como la nueva Ronda Rousey. Tras varios combates sin mucha miga se enfrentó a nuestra chica en lo que resultó una decepción de tal calibre que la compañía perdió el interés en esta división de manera inmediata. Gracias a esa victoria, el nombre de Liana Jojua saltó a la palestra.
Pero nada más lejos de la realidad, Liana no es una gran luchadora. Hasta la fecha se ha enfrentado a un nivel de competición realmente pobre. La joven ha demostrado tener fundamentos en sus pies. Combinaciones fluidas, que con un poco de entrenamiento podrían ser peligrosas en un futuro. Sin embargo, su wrestling es una calamidad. Su incapacidad para mantener peleas de pie ante rivales francamente flojas es alarmante. Por si esto no fuera una bandera roja lo suficientemente grande, desde su espalda no ha mostrado un ápice de amenaza.
Nuestra chica en cambio es una grappler eficaz, con un control posicional soberbio y un juego de derribos servicial. Con lo que hemos visto hasta la fecha, no puedo entender el favoritismo de Liana. Sarah tiene un claro camino para llevarse esta victoria a casa. Derribos y control a ras de la lona. Mucho tiene que haber mejorado la luchadora europea para mantener esta pelea en sus pies. Creo que Moras cuenta con una amplia ventaja de grappling, además de la experiencia que otorga haber competido con regularidad en la UFC. Actualmente, veo a Liana un par de peldaños por debajo del nivel al que está acostumbrada a competir nuestra chica.
Ahora bien, estamos hablando de un combate de bajo nivel, en donde los errores están a la orden del día. Así mismo, Jojua tiene únicamente 24 añitos, y su margen de mejora es tremendo. Más aún teniendo en cuenta que llevamos 19 meses sin ver nada de ella dentro de un ring. Creo que Moras tiene una victoria factible al alcance de su mano. Sus puntos fuertes son curiosamente las debilidades de su rival. Por lo que esta cuota por encima del par me parece muy interesante.