Nos trasladamos hasta el co-evento estelar de este UFC 242 en Abu Dahbi, para vivir la revancha entre dos grandes veteranos. El maestro de las patadas Edson Barboza, contra la segunda juventud de Paul Felder. Una pelea que tuvo lugar durante el verano de 2015, y que se saldó con la victoria del brasileño por pequeños detalles. Sin embargo, mucho ha llovido desde aquel encuentro y para esta ocasión voy a buscar la venganza de Felder.

Estamos ante dos atletas con juegos claros como el agua. Ambos han entrado en esa jaula decenas de veces y conocemos cada uno de sus puntos débiles, así como sus grandes virtudes. Barboza es, bajo mi punto de vista, el mejor pateador que ha pisado este deporte. No solo por la letalidad de sus ataques. Técnicamente es un luchador brillante. Sabe medir los tiempos, lanzado cada patada en el momento justo. Y, por si fuera poco, la ferocidad, precisión y velocidad que imprime a cada golpeo están al alcance de muy poquitas personas. Sin embargo, para imponer su juego requiere inevitablemente de espacios. De ahí su histórica debilidad ante wrestlers capaces de imponer su juego, o strikers con una presión sofocante.

Por su parte, Paul Felder es principalmente un striker que ha progresado adecuadamente. En sus inicios dejo destellos de calidad, pero su falta de actividad le costó más de una pelea. Afortunadamente, hoy en día encontramos un Felder mucho más maduro. Su trabajo como analista de la UFC también le está dando sus frutos en el terreno personal, aprendiendo a leer las mejores estrategias para plantear cada pelea.
 
Creo que existen ciertas diferencias importantes respecto al primer encuentro. La más significativa corre a cargo de la experiencia ganada por nuestro hombre. En aquel encuentro, Felder era un recién llegado con hambre de victorias, pero un juego tan simple como agresivo. Por entonces no existía plan B en la mente de nuestro hombre. El americano se plantaba en sus pies, buscando contragolpes y oportunidades para imponer un golpe ganador que le diera la victoria. Pero actualmente, Felder ha demostrado ser capaz de competir en las debilidades de sus oponentes. Además, ha abrazado los clinches que inevitablemente se generan durante los intercambios, utilizándolos en su favor para dañar al rival con codos y ataques cortos. Ya no huye de esas distancias cortas que tanto detestaba en sus inicios, ahora se vale de ellas para imponer un naciente boxeo sucio que puede ser clave en este emparejamiento.

Por otro lado, tengo la sensación de que Barboza puede haber comenzado su particular declive. Puede sonar ventajista aclamar tal hecho dadas sus últimas apariciones. Pero lejos del brutal nivel de competición al que se ha enfrentado recientemente, creo que las sensaciones no han sido las más optimas. Ha recibido auténticas palizas. Guerras que pueden cambiar la carrera de un luchador por completos. Desde su enfrentamiento ante Beneil Dariush, acumula 5 combate consecutivos que han resultado ser verdaderas batallas campales. Nadie puede soportar tal cantidad de daño, y estoy seguro de que está haciendo mella en su cuerpo. Quizás no sea este el combate donde veamos los estragos de tales escaramuzas, pero antes o después seremos testigos de las repercusiones.

Preveo una pelea igualada, con momento para ambos luchadores, pero creo que la compostura que muestra hoy en día Felder puede ser determinante. Espero que plantee una pelea agresiva, buscando achicar espacios desde el primer minuto, y tratando de minimizar las patadas del brasileño al máximo. Con el paso de los minutos, los ritmos se deberían ir ralentizando, y veo a Felder capaz de castigar a Barbosa con su presión constante. Bajo mi punto de vista, estamos ante una contienda igualada en donde mis sensaciones se decantan ligeramente por el luchador más fresco. Con las cuotas que se están manejando, me siento cómodo probando la victoria del “Irish Dragon”.
 
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