Vamos con una nueva semana de MMA. UFC Fight Night 128, bonito número, que tendrá lugar la madrugada del sábado al domingo en New Jersey. Combate de pesos semi pesados con graves carencias que analizaré a continuación. Mi apuesta, la victoria de Corey Anderson.

En la división de los pesos semi completos brilla desde hace tiempo la falta de talento. Muestra de ello es que estemos ante dos luchadores con debilidades enormes, y que aun así hayan gozado de un puesto en los rankings en algún momento. Voy a empezar hablando de nuestro hombre. El americano Corey Anderson aterrizó en la UFC tras ganar la decimonovena edición del Ultimate Fighter. En un principio se esperaba un gran futuro del joven de Ilinois pero pronto saltó a la palestra el gran déficit que ha marcado su carrera. Desde sus inicios se ha comprobado que su resistencia a los golpes es una de esas que desgraciadamente no te va hacer ningún favor. A sus 28 años y con una carrera relativamente corta ha sido noqueado tres veces y ha estado cerca de ello otras tantas.

Si obviamos este factor nos encontramos con un atleta bastante completo. Sólida base de wrestling que le otorga cierta ventaja en una ingente cantidad de emparejamientos. Un boxeo ligeramente por encima de la media. Manos rápidas, capaces de entrar y salir y mantener las distancias. En general estamos ante un luchador bastante aceptable cuyo récord no casa a la perfección con sus habilidades. De hecho, en esas 4 derrotas encontramos un robo importante (Shogun), y dos peleas en donde fue noqueado en el tercer asalto cuando la decisión tenía la mitad de su nombre puesto.

En Pat Cummins encontramos un luchador con ciertas similitudes. Estamos ante lo más parecido a un wrestler puro que podemos encontrar en este deporte. Su habilidad más destacada es la capacidad para derribar al rival y mantenerle a ras de la lona. Así mismo, a lo largo de su carrera no ha demostrado tener una mandíbula digna de ser alabada. Ha sido noqueado en multitud de ocasiones e incluso en sus victorias no ha lucido todo lo bien que cabría esperar.

Curiosamente estamos ante dos luchadores con un aguante sospechoso y un wrestling de nivel. Mi experiencia me dice que este tipo de enfrentamientos entre dos luchadores con cualidades similares a ras del suelo se terminan tornando en un intercambio de golpes bastante feo. Y en ese aspecto, sin lugar a dudas el luchador con más herramientas en su golpeo es Corey Anderson. De hecho, me gusta esta apuesta pues me cuesta mucho ver a Cummins empleando una estrategia de takedowns constante a lo largo de tres asaltos. Para empezar, creo que la defensa anti derribos de Anderson es lo suficientemente buena como para mantener este combate en sus pies. Además, Cummins tiende a ralentizar su ritmo a medida que corren los minutos, una situación que se acrecienta cuando es exigido en esas transiciones, algo de lo que sin lugar a duda Corey hará.

Mientras el combate permanezca de pie, Anderson debería ser muy superior. No solo cuenta con un decente boxeo, sino que además tendrá enfrente a uno de los peores strikers de toda la UFC. Cummins es una feria defensivamente hablando. Y ofensivamente es algo lento y predecible. Evidentemente, con los problemas para reponerse a los golpes que ha demostrado Anderson en el pasado, cualquier golpe mínimamente decente puede servir para finalizar la pelea.

En resumen, creo que vamos a ver un combate algo falto de ritmo, con pocas interacciones y reacios al intercambio de golpes. Espero muchas manos singulares, combinaciones simples de uno-dos y poquito más. Bajo el guion que preveo he de quedarme con el mejor striker de los dos, que además es el luchador más rápido, con mejor cardio y 9 años más joven, pues Cummins va rumbo a los 38.
Stake 2.