La emoción regresa a la Vuelta con una etapa de sólo 145 kilómetros, muy al estilo de la ronda nacional, pero con alternativas suficientes para buscar dos tácticas muy diferentes: el ataque lejano o el demarraje en los metros finales.

Para empezar, allá por el kilómetro 45 los corredores deberán ascender el puerto de Navacerrada (1ª), justo antes de afrontar otra ascensión de 1ª categoría, el alto de Navafría, situado en el kilómetro 89. En la llegada a Segovia, una nueva “emboscada” en forma de circuito que incluye la Cuesta de Los Hoyos, sitio ideal para buscar un zarpazo con el que arañar segundos en el caso de que no se haya querido o podido plantear batalla desde bien lejos.

Antecedentes: Segovia ha acogido hasta ocho finales de etapa. Y todos ellos con vencedores de prestigio, desde Roberto Heras hasta el que posteriormente sería uno de los mejores directores del mundo: Cyrille Guimard. Y eso sin olvidar los dos triunfos de Pepe Recio o los de Miguel Mari Lasa y Juan Fernández.