Final del Challenger de Sarasota, disputado sobre arcilla.

Es ahora o nunca. Después de ser el mejor jugador de Challenger de 2016 con hasta 6 títulos, la temporada pasada le pasó factura con varias lesiones y retiradas, que junto al par de meses que más o menos estuvo apartado y al poco ritmo que imponía en sus partidos, hicieron que bajara incluso por debajo del top200, un jugador que estaba llamado a ocupar una plaza fija en el top100 durante varios años más y en plena madurez.
Esta será la segunda final que juegue desde 2016, final que también disputó en 2015. El año pasado en la única final que disputó la perdió ante Melzer.
Aquí llega tras vencer a Choinski, Bellucci, Clarke y a un tocado Opelka que acabó retirándose.

A Dellien lo he visto bastante esta semana. De hecho llevábamos a Kozlov en QF, un partido donde el estadounidense jugó de la forma más apática posible, quizás también tocado por un intenso cansancio, pero que jugando al 20% forzó un tiebreak en el tercer set e incluso tuvo bola de partido al saque.
Mala imagen la del boliviano al no poder sentenciar mucho antes a un rival que prácticamente no quería/podía jugar, y aun así luego lo celebró como si hubiese ganado su primer título ATP.
Es obvio que viene haciendo una gran temporada, pero todo realmente a nivel ITF.
Se cargó también a Mmoh, el cual apenas sabe competir en estas superficies y a un explotado Londero.

El h2h arroja un partido en 2013 con victoria para Bagnis por 6-2 6-3.

Sería también el primer título Challenger que ganara Dellien, pero su nivel está lejos del nivel del argentino cuando este está al 100%, y creo que en este torneo lo está.